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El Oso Andino en Ecuador, su importancia y conservación

Actualizado: 22 may 2023

Escrito por José Félix Usiña


Los osos son uno de los grupos de mamíferos más carismáticos que existen a nivel mundial. Son personajes de mitos, cuentos y fábulas, cine y televisión y han sido exaltados por su gracia, como el oso panda, o por su majestuosidad, como el oso polar. La realidad va más allá: La mayoría de estas especies se encuentran en peligro de extinción a causa de la pérdida del hábitat, la caza ilegal y el calentamiento global como es el caso del Oso Andino u Oso de Anteojos. El oso andino habita Sudamérica por más de cinco millones de años. “Él es el único representante de los osos de nariz corta, un grupo de osos que habitó solamente en el continente americano”, de acuerdo con Paulina Viteri, genetista miembro del grupo de especialistas del oso andino de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) para el Ecuador, desde el 2008.


Oso andino Foto: WWF Crédito: Dan Williams

El oso andino necesita recorrer grandes áreas, cada individuo requiere alrededor de 30 km² para sobrevivir, su alimento preferido son las frutas y los centros dulces y jugosos de algunas bromelias sin duda estas dos características lo convierten en un aliado fundamental de la conservación, ya que regenera los bosques a su paso, lo cual es considerado como una especie paraguas (Fund, Word Wildlife, 2023). Según (Molina, 2012) En el Ecuador se estima que habitan unos 2000 a 2500 osos de anteojos, sin embargo, se cree que es un número irreal debido a la falta de información de esta especie. En comparación con sus primos, el oso andino es de talla mediana, llega a medir entre 1.75 y 2 metros de longitud, de la cabeza a la cola, y pesa entre 140 y 170 kilogramos. Su pelaje es generalmente negro, pero puede variar de café hasta rojizo. En su rostro y pecho tiene una particular coloración color crema que asemeja unos lentes, lo que le ha dado su nombre más común: “oso de anteojos. Todos los osos andinos tienen esta coloración, pero en cada individuo esta marca es única, como una huella digital.


Aunque es considerado como carnívoro, el oso andino es principalmente de hábitos vegetarianos “omnívoro”. Consume brotes jóvenes de bromelias y orquídeas (plantas epífitas que crecen sobre los árboles) como las del género Puya, de aspecto muy similar a la del agave, algunos frutos de árboles y palmas también se alimenta de insectos, como larvas de escarabajos, abejas y gusanos puede cazar mamíferos pequeños y en raros casos, hasta venados, tapires andinos y ganado. De la gran diversidad de ecosistemas en los que habita, el oso andino prefiere sitios fríos, como los bosques alto-andinos y los páramos, ya que en ellos encuentran su comida favorita (bromelias y orquídeas).

En el ecuador lo podemos encontrar en las estribaciones tanto de la cordillera oriental como la occidental estos ecosistemas actualmente se encuentran en peligro, debido a la expansión de la frontera agrícolas-ganadera.


Oso andino. Foto por Santiago R. Ron

¿Cuál es la importancia ecológica del oso Andino?


El oso andino desempeña papeles ecológicos importantes en los ecosistemas que habita. Por sus hábitos vegetarianos y frugívoros (comedores de frutas), los osos transportan semillas dentro de su sistema digestivo, a distancias que pueden superar los 54 kilómetros. Al defecar, las semillas de estos frutos pueden germinar, y en algunos casos la digestión de hecho activa la germinación; se promueve así la regeneración de la vegetación. (Vela, 2011)


El oso andino también participa activamente en la sucesión vegetal de los bosques: al subir a los árboles, y por su gran peso y tamaño, en ocasiones rompe ramas y crea claros en el dosel, lo que permite la entrada de luz solar al suelo y activa el desarrollo de plántulas y árboles jóvenes, renovando la vegetación que se encuentra a su alrededor.


Este animal está catalogado como especie vulnerable, según la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Esta clasificación supone que durante los próximos 10 años sus poblaciones silvestres se reducirán hasta en 80 por ciento, como consecuencia de la pérdida y fragmentación de su hábitat, conflictos gente-fauna y el descontrol de animales de compañía como perros ferales.


¿Cómo aportar para su conservación?


Generando información sobre la especie: Sin información científica y técnica actualizada, los planes de manejo para la conservación del oso andino carecerán del soporte correcto. Para lograr el manejo adecuado de las poblaciones de osos y su hábitat es primordial realizar estudios científicos sobre la biología y ecología de la especie, que a mediano plazo proporcionarán las bases para su manejo y el de las áreas necesarias para su conservación.


Implementar programas de educación ambiental con comunidades: Estos programas son estrategias que los gobiernos deben crear para encontrar aliados de la conservación, no sólo de los osos y otras especies, sino de los ecosistemas donde habitan, para así garantizar su permanencia. Ejemplo de esto son los páramos, que albergan gran cantidad de especies de fauna y flora nativa de la región sudamericana, además de ser los más importantes reservorios de agua para las comunidades humanas en la región de la cordillera de los Andes.


Crear programas de concienciación y mitigación de conflictos dirigidos a las comunidades del Ecuador: La conservación del oso de anteojos es una prioridad dentro de los ecosistemas andinos, y para ello resulta necesario que el público aprenda más sobre ese mamífero que, en ocasiones, es cazado por campesinos debido a que temen que ataque a su ganado y otros animales. Estos programas se centran en mostrar cómo proteger al ganado, aun cuando no siempre las muertes son atribuibles a los osos: son muy comunes el desbarrancamiento de individuos por el accidentado terreno y las inclemencias climáticas, así como las especies introducidas tales como perros abandonados.


Crear planes de manejo y conservación para el Ecuador: Las estrategias y prácticas de manejo aquí planteadas son aplicables no sólo para el oso andino, sino para cualquier especie de fauna y flora. Existen casos exitosos de proyectos de conservación del cóndor andino en Colombia y Venezuela, donde sus poblaciones se encontraban al borde de la extinción a principios de la década de los noventa.


El éxito se ha logrado principalmente debido al desarrollo de investigación y generación de conocimiento, a la creación de áreas naturales protegidas, y mediante el establecimiento de centros de interpretación y conservación, donde los empleados son campesinos instruidos que viven en las zonas aledañas a las áreas protegidas. Estos centros apoyan su economía y familias.


Por estas razones y muchas más, todos los países debieran crear planes de manejo y conservación para las especies carismáticas, desde ballenas, osos y aves, hasta insectos, hongos y orquídeas. Hay que dar a conocer estas especies a todo el público para mantener el tesoro con el que han sido premiados pocos en el planeta: La biodiversidad.


José Félix Usiña - Investigador del Laboratorio de Ecología y Consevacion de Carnívoros de la Universidad San Francisco de Quito- USFQ, Cumbayá, Ecuador.

- Maestrante de Biología de la Conservación y Ecología Tropical de la Universidad Central del Ecuador. Correo para correspondencia: jofeusina@gmail.com


Fuentes consultadas:

Fund, Word Wildlife. (2023). WWF. Obtenido de wwf.org.ec/osoandino: https://www.wwf.org.ec/osoandino/

Molina, S. (2012). https://es.scribd.com/document/431049477/102453. (U. S. Quito, Ed.) Obtenido de https://es.scribd.com/document/431049477/102453

Vela, I. M. (abril de 2011). El Oso Andino Sudamericano. Obtenido de https://www.revistaciencia.amc.edu.mx/images/revista/62_2/PDF/09_OsoAndino.pdf

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