La idea de convertirme en científica ha sido un sueño arraigado fuertemente desde mi niñez. Escogí Biotecnología porque es una carrera muy basta que me abre puertas para saciar muchas curiosidades y construir otras muchas interrogantes. Aunque muchos no la comprendan o incluso la hayan tachado de ser una carrera sin futuro en un país como Ecuador (al menos hasta antes de la pandemia), yo pienso que es lo contrario: un mundo lleno de posibilidades a nivel de innovación y desarrollo.
Si bien estamos en un país que se encuentra científica y tecnológicamente rezagado en comparación a grandes potencias, debido a la baja inversión estatal y a la escaza transferencia de tecnología, se debe empezar por algún lado y en algún momento, y que mejor momento que ahora, especialmente cuando el deseo de muchísimos jóvenes ecuatorianos es convertirse en científicos.
Ecuador es un país megadiverso que tiene infinitas posibilidades para encontrar precisamente esas respuestas necesarias frente a los problemas actuales del mundo. ¿Pueden surgir soluciones para los problemas globales en un país lleno de muchos problemas sin resolver?... estoy segura de que sí.
A pesar de todas las dificultades, es el momento de fortalecer el campo científico en Ecuador y presentar a muchos jóvenes, especialmente mujeres, que hacer ciencia sí puede ofrecerte un futuro, y no solo individual, sino hacia el bien común.
En cuanto a la educación que recibimos desde la escuela muy pocas veces se propone la idea de ser científicas o científicos como una opción de profesión y las personas que escuchan la palabra científico lo piensan como algo extremadamente difícil y extraordinario, o exclusivamente destinado hacia los varones. Y es entonces cuando la palabra difícil sucumbe en la mente de varias niñas, que simplemente lo ven fuera de la realidad y de sus expectativas. Cuando debería verse de manera contraria e inculcarse por igual en los niños desde que son pequeños (Así como muchos países de tradición olímpica exitosa empiezan muy temprano en la enseñanza deportiva, de igual forma debería empezarse con la enseñanza científica para garantizarnos ser una potencia de desarrollo).
La forma en como se subestima a las niñas desde pequeñas sobre carreras como ingenierías o ciencia, es abrumadora, y muy triste, pues nunca ha faltado la persona que realice un comentario tipo " si eres científica, no vas a poder tener una familia, ¿Cómo vas a cuidar a tus hijos si solo quieres vivir en un laboratorio?" o "¿no es muy difícil para ti?, ¿crees que vas a lograrlo?". Esas palabras son las que desde pequeñas a muchas mujeres nos ha tocado escuchar. Pero nos toca hacer oídos sordos y seguir adelante.
Pero como estudiante de ciencia, dando los primeros pasos en mi camino de conversión hacia aquella mujer científica que anhelo, puedo decirles a todos, tanto chicas como chicos:, pero sobre todo a nosotras, quienes muchas veces no nos imaginamos como científicas por naturaleza: si tienes la atracción a estudiar cualquier disciplina científica, si te apasiona la ciencia, no importa lo que muchas personas te digan al respecto sobre las carreras o profesiones. Se tú quien viva la decisión de ser científica o científico y está en tu poder hacer algo que talvez nadie haya hecho antes en nuestro país. Talvez podrías convertirte en la inspiración de otra niña o de otro pequeño que desee seguir el camino de la ciencia. Porque también podemos ser una influencia para el género opuesto. Dar el primer paso costará, pero cuando menos lo pienses estarás en camino demostrando todo tu potencial. Si eres mujer y estás leyendo esto, recuerda, la ciencia también es una cosa de mujeres y no dejes que nadie, absolutamente nadie subestime tus anhelos.
Abramos puertas para los demás, y veamos a la ciencia como lo que realmente es: un puente de unión independientemente de la nacionalidad, género, etnia, credo, filiación política y sobre todo edad. Por todas esas niñas científicas que no saben todavía que quieren serlo o les han dicho que no pueden hacerlo.
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