Debo ser honesta, no soy fan de la ciencia ficción, sin embargo, al leer un poco sobre su historia, este subgénero de la ficción, me intrigó. Siempre creí que la ciencia ficción solo trataba sobre avances científicos y tecnológicos en mundos imaginarios, capaces de tener sus propias leyes físicas y sus propios estados de la materia. Ignoré por completo lo más importante de la ciencia ficción: el elemento humano y entender cómo, lo que ahora nos parece SciFi, en un futuro podría materializarse en nuestra realidad, afectando muchos aspectos de nuestra sociedad a nivel político, económico y por supuesto ético. De hecho, muchas de las cuestiones traídas a discusión por los pioneros de la ciencia ficción aún siguen siendo temas de debate, y por supuesto, cruzan una nueva frontera al ser también temas de investigación y avance.
Todo comenzó con Mary Shelley
Existe un consenso general entre los expertos en considerar a Frankenstein (1818), de Mary Shelley, como la primera obra de ciencia ficción ya que posee características que definen a este subgénero: el relato es impulsado por elementos científicamente imaginables o posibles; y en torno a ellos se generan una serie de especulaciones sobre cómo se podría “mal usar” estas tecnologías (Rodríguez , 2012).
En Frankenstein el elemento impulsor era el galvanismo[1] que en su momento generó temor, ya que se creía que se podría utilizar para “resucitar” humanos y animales. Tiempo después, en 1863, la ciencia ficción ganaría popularidad con el francés Julio Verne, y sus relatos de aventura con elementos de ciencia ficción: Veinte mil leguas de viaje submarino, De la Tierra a la Luna, etc. (Blakemore, 2015).
Pero no sería hasta finales del siglo XIX, con el increíble H.G Wells, que la ciencia ficción tomó sus características definitivas. Wells con obras como: La máquina del tiempo (1895), La Isla del Dr. Moreau (1896), El hombre invisible (1897), etc.; introdujo el elemento que hace a este subgénero tan importante reflexionar sobre las consecuencias sociales, existenciales y políticas que tendrían estos avances en las sociedades humanas (Rodríguez , 2012). En el caso de la Isla del Doctor Moreau, cuyo protagonista es el infame Dr. Moreau, un científico “loco” que crea híbridos humanos-animales a través de vivisección[2], se trató temas como: dolor y crueldad animal; identidad humana y lo complicado que es definir los límites entre lo que los humanos pueden y no manipular de la naturaleza, incluyéndolos; y que tan ético es hacerlo, algo muy prematuro para la época victoriana (Lowne, 2018).
Los años que vendrían la ciencia ficción occidental se consolidaría dentro del mercado de las historietas careciendo de revistas o publicaciones propias, pero siendo muy popular entre los jóvenes, lo hizo que se considerara erroneamente como literatura de baja calidad. A la par de esto se extendió por todo el mundo, influyendo significativamente en la ciencia ficción de la Unión Soviética y Japón. Finalmente, en 1926 la Ciencia Ficción tuvo su propia revista especializada: Amazing Stories; creada por Hugo Gernsback y que contaba con autores que hicieron más respetable a este subgénero (Rodríguez , 2012).
La ciencia ficción moderna
Desde 1937, tras superar la crisis de las imprentas y del papel causada por la Primera Guerra Mundial, el subgénero alcanzó su época dorada, con una gran cantidad de publicaciones de ciencia ficción muy populares, es en este momento en el que ocurrieron hitos importantes: la transmisión de la guerra de los mundos por Orson Wells y que John W. Campbell dirigiera Astounding Science-Fiction, cuyo rigor editorial por publicar “hard science fiction” atrajo a jóvenes autores que revolucionarían el género para siempre: Issac Asimov, Robert A. Heinlein, Theodore Sturgeon, Lester de Rey, Clifford Simak, etc. Esto hizo que Campbell fuera considerado el padre de la ciencia ficción moderna (Rodríguez , 2012).
Los años posteriores fueron difíciles para las publicaciones de ciencia ficción debido a la crisis económica causada por la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, en el periodo comprendido entre 1950 y 1980 la ciencia ficción en Japón, Rusia y Reino Unido llega a su más grande apogeo. La popularidad creciente a nivel mundial también hizo que este subgénero llegará a la gran pantalla y a la TV (Rodríguez , 2012).
Más adelante, después de los 80’s la ciencia ficción influenciada por la serie de cambios tecnológicos y sociales que se vivieron durante esa época como la popularización del internet y el clima de disconformidad social; dio origen a uno de los movimientos más relevantes en los últimos años: El Cyberpunk. Este movimiento no se enfoca en una visión utópica de la tecnología sino más bien en un futuro distópico de la humanidad, donde pese a la tecnología de punta las sociedades son incapaces de garantizar calidad de vida e igualdad social a los ciudadanos, en una palabra: “alta tecnología mala vida” (Morales , 2020).
En nuestros días la ciencia ficción se ha abierto espacio en series, películas, libros, historietas y videojuegos, donde no solo “coquetea” con las distopías cyberpunk, también con el biopunk que está enfocado en avances biotecnológicos como la edición genética y temas ambientales (Rodríguez , 2012).
¿Por qué la Ciencia Ficción es importante?
La ciencia ficción es importante porque permite crear escenarios en los que nos es posible especular y reflexionar sobre las potenciales consecuencias sociales y políticas que tendrán los avances científicos y tecnológicos en las sociedades humanas. También de forma prematura nos lleva a afrontar e iniciar una conversación entorno a los dilemas éticos y morales que rodean a estos avances científicos para de esta forma tomar las previsiones necesarias para evitar que estos generen problemáticas sociales que pueden llegar a ser devastadoras creando o aumentando la brecha de desigualdad social (WIRED, 2018).
Por otra parte, con ella se realiza divulgación científica, de forma más “digerible” consiguiendo acercar a las personas no relacionadas con campos científicos con tecnologías revolucionarias como la inteligencia artificial, la clonación, etc. Finalmente, en momentos de grandes cambios, crisis y revoluciones científicas y sociales; la ciencia ficción nos permite ser críticos con el futuro ya que lo vislumbramos con esperanza con el afán de no repetir los errores del presente (WIRED, 2018).
[1]Termino derivado del nombre del físico italiano Luigi Galvani quien en el siglo 19 describió por primera vez este fenómeno en el cual se observa que los músculos de seres vivos o muertos se contraen como consecuencia de aplicar una corriente eléctrica (Merriam-Webster, s.f.).
[2] Utilizar animales vivos para probar terapias, medicamentos o avanzar el conocimiento sobre enfermedades humanas y el funcionamiento del cuerpo humano(Cambridge Dictionary, s.f.).
Fuentes consultadas:
Blakemore, E. (4 de Diciembre de 2015). How Twitching Frog Legs Helped Inspire ‘Frankenstein’. Obtenido de Smithsonian Magazine: https://www.smithsonianmag.com/smart-news/how-twitching-frog-legs-helped-inspire-frankenstein-180957457/
Cambridge Dictionary. (s.f.). Vivisection. Obtenido de Cambridge Dictionary: https://dictionary.cambridge.org/dictionary/english/vivisection
Lowne, C. (30 de November de 2018). The Island of Doctor Moreau. Obtenido de Encyclopedia Britannica: https://www.britannica.com/topic/The-Island-of-Doctor-Moreau-by-Wells
Merriam-Webster. (s.f.). Galvanism. Obtenido de Merriam-Webster: https://www.merriam-webster.com/dictionary/galvanism
Morales , A. (10 de Diciembre de 2020). Vivimos en una sociedad CYBERPUNK y te lo voy a demostrar: EL DOCUMENTAL (SizeMatters). Obtenido de Size Matters - Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=gXfexOp6eXs&t=1451s
Rodríguez , E. J. (2012). Ciencia Ficción: los orígenes. Obtenido de Jot Down : https://www.jotdown.es/2012/10/ciencia-ficcion-los-origenes-i/
WIRED. (9 de Agosto de 2018). Why Science Fiction Is the Most Important Genre. Obtenido de WIRED: https://www.wired.com/2018/09/geeks-guide-yuval-noah-harari/