Escrito por Iván Villalobos-Juárez
Cada 28 de abril se conmemora el Día Internacional para la Conservación de los Anfibios, una celebración que surge dado la preocupación por la drástica y alarmante declinación de poblaciones enteras de anfibios a nivel mundial, así como a la rápida extinción de por lo menos 168 especies, como efecto de varias problemáticas socio-ambientales provocadas por los seres humanos.
Entre las principales amenazas hacia los anfibios se encuentran el cambio climático y el cambio de uso de suelo y la pérdida de hábitat natural especialmente generados por la agricultura, la ganadería y el crecimiento de la mancha urbana. Asimismo, persiste la deforestación en distintos tipos de ecosistemas como son selvas y bosques para el aprovechamiento de la madera o bien para actividades como la minería a cielo abierto. Por otro lado, se ha observado un uso desmedido de insecticidas, herbicidas, fertilizantes sintéticos y demás contaminantes emergentes generados por las actividades productivas humanas, los cuales terminan en los cuerpos de agua donde regularmente habitan y se reproducen los anfibios. Algunas especies de anfibios realizan exclusivamente una respiración cutánea, es decir a través de la piel, por lo que estos vertebrados son mucho más vulnerables a las toxinas en el agua, suelo y aire en comparación con otros seres vivos.
Aunado a los problemas ambientales anteriores, desafortunadamente se sigue realizando el sacrificio indiscriminado de anfibios debido al desconocimiento, miedo, nula empatía, así como a la falta de información que se genera y divulga entre las poblaciones humanas, especialmente rurales, que perciben a los anfibios como animales peligrosos y malvados. Y aunque en el mundo existen especies venenosas de anfibios, en su mayoría estas son inofensivas para los seres humanos. Otra amenaza importante poco estudiada en la naturaleza es la presencia de especies exóticas e invasoras en algunos sitios donde habitan los anfibios nativos, estas especies introducidas por el ser humano compiten por el alimento y espacio, así como también depredan a los anfibios nativos.
Por último, otra problemática grave -que se ha incrementado sobre todo a partir del año 1980-es la presencia de los hongos Batrachochytrium dendrobatidis que afecta las ranas y sapos, y Batrachochytrium salamandrivorans que ataca a las salamandras. Como consecuencia se han diezmado las poblaciones de anfibios en todo el mundo e incluso algunas especies han llegado a la extinción. Estos hongos parasitan a la piel de los organismos adultos o la zona bucal de los renacuajos provocando una enfermedad llamada quitridiomicosis que causa la queratinización y ulceración de la piel, lo que culmina en la muerte de los individuos infectados.
Por lo anterior y haciendo énfasis en el Día Internacional de los Anfibios, se exhorta a la academia, el sector gubernamental y a la sociedad en general para sumar esfuerzos en materia de mitigar estas problemáticas ambientales que como humanidad hemos desencadenado, para evitar así la extinción de más especies de anfibios.Aunque no se les reconozca, estos animales cumplen un rol esencial en los ecosistemas como depredadores de insectos, por ejemplo de mosquitos que afectan fuertemente a los humanos transmitiendo enfermedades como la malaria, dengue, zika y chikunguya. Sin embargo, aún hace falta mucho trabajo y esfuerzo, pues inexorablemente se siguen perdiendo especies y poblaciones a pasos agigantados ¿Tendremos anfibios en un futuro no muy lejano? Urgen cambios de paradigmas.
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